¡No puedo
hacerlo!, ¡lo quiero ya!, ¡así no! Estas exclamaciones son habituales en los
niños que están acostumbrados a no aceptar un no por respuesta y que son
incapaces de asumir una frustración o un fracaso en cualquiera de las facetas
de su rutina diaria.
1. No
darle todo hecho: si se le facilita todo al niño y no se le permite hacer
las cosas por sí mismo, es difícil que pueda equivocarse y aprender, así, a
enfrentarse al fracaso.
2. No
ceder ante sus rabietas
3. Ser
ejemplo para ellos: la actitud positiva de los padres y maestros a la hora
de afrontar las dificultades es el mejor ejemplo para que aprendan a solventar sus problemas.
4. Educarle
en el esfuerzo: es necesario enseñar al niño que es necesario esforzarse.
5. Marcarle
objetivos razonables, realistas y ajustados a su edad.
6. Convertir
la frustración en aprendizaje, resolviendo el problema autónomamente cuando
vuelva a presentarse.
7. Enseñarle
a ser perseverante: Si el niño aprende que siendo constante puede
solucionar muchos de sus problemas, sabrá controlar su frustración en otras
ocasiones.
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